No sé qué
pasó que con publicación qué hice idéntica a esta anterior desapareció, pero
aquí está nuevamente mi experiencia
Quiero
contarles lo que sucedió la madrugada del viernes 3 de septiembre. Todo Empezó
con una pequeña reunión con una amiga sissy y yo en el hotel en Aguascalientes,
después de que terminara de transformar a mi amiga, según yo, llego a la
reunión otro chico.
Lo invité porque
ya tenía 3 años de conocerlo por Facebook; según esto él es un doctor de
Aguascalientes. Un tipo güero, guapo, alto con brazos fuertes y anchos, con los
que, sin duda alguna, podría estrangularme sin problema.
Todo iba
muy bien, platicando y conviviendo. Mi amiga, que se empezó a sentir fastidiada,
mejor decidió retirarse a eso de entre las 3 y 4 de la mañana hacia su casa. El
otro chico y yo nos quedamos en mi habitación, él se quedó de hecho.
Amanecimos platicando,
conviviendo, jugando y riendo, ah… pero les aclaro, sanamente, al menos desde
mi punto de vista.
De hecho, él
estaba insistiendo en invitarme para que fuera acampar con él. Yo le dije “así como que bueno, equis… está
bien.” Pero fue tanta su insistencia a tal grado de empezar a recoger mis todas
mis cosas en una maleta y en otra bolsa, que es dónde lleva el cosplay de
escorpio, que me acababa de recoger con un amigo de la Ciudad de México
En esa
maleta, venían otros de mis cosplays, tales como personajes de: black bible; dos
trajes de sirvienta; ahrikda; #pop; #LeagueOfLegends; mis otros dos cosplays de
Mari Makinami y Rei Ayanami de #Evangelion.
Así como
todas mis herramientas de trabajo como: algunos juguetes sexuales; mi camisa de
la ahcon; mi vestido favorito negro con bolitas blancas; todos los aretes que
me compré para mis próximos vestuarios de cosplay; unos vestuarios de vinil y
charol que me fueron un regalo del pequeño John en Querétaro; mi vestido de
noche; la máscara de Perro; mis dos trajes completos de vinil que usó para el
bdsm; tres pares de pupilentes verdes, azules y rojos para complementar mis
vestuarios de cosplay; tres pelucas, que son, una grande entre roja y negra de
mechas, otra era negra y una más rubia; mi cargador del celular; mis audífonos;
dos pares de zapatos; una frazada de sailor moon que compre hace más de 3 años;
mis cinco pares de medias de red completas; un par de calcetines de sailor moon
que acababa de comprar; lencería que había comprado la Ciudad de México; unos vestuarios
de vinil, que fueron otro regalo del conejito hace años, así como otro de tipo
charol que había comprado en Tijuana; mi blusa de cuadros roja con negro de
botones; todos mis maquillajes.
Así como entre
muchas otras cosas que no logro recordar del todo debido al este fuerte shock
emocional que estoy pasando ahora.
Claro… yo
tengo la culpa por estúpida, al confiar en una persona que nunca había visto en
toda mi vida y que solamente había platicado por inbox desde hacía casi más de
3 años. Es mi culpa por invitar a personas que no conozco de la nada a convivir
conmigo.
Pero bueno,
él empezó a recoger todo porque, según él, quería llevarme acampar. le dije que
sí, pero tipo “dientes para afuera” porque sinceramente yo no conocía lugar alguno.
además de hacía mucho frío, dado que yo vengo de una ciudad muy calurosa, esto
me hacen daño
Entonces, cedi
a acompañarlo, él se llevó todas las cosas a su auto. mi bolsa, donde tengo mi
dinero y mi celular, la había echado en la cajuela del coche. Así que todo
comienza a partir de las 9: 49 de la mañana del 3 de septiembre del 2021;
Entonces
tomé mi bolso de mano y me subí al auto con él, pero, antes de eso entregué la
habitación del hotel y me dijo que iríamos a su casa antes de ir al lugar de
acampar.
De camino,
antes de llegar a la zona centro de Aguascalientes, le dije: “oye sabes qué…mejor
llévame a la central, porque no quiero ir contigo…” a lo que él me respondió
fríamente, y con una actitud muy diferente a la de antes, “¡no… no te vas a ir,
no te voy a llevar la central… te vas a ir conmigo porque ya habíamos quedado!
...”
Entonces,
ahí fue, donde me dio por pensar y con miedo por esa manera tan fría y
cambiante. Antes de llegar a su casa, él me dice: “¿tienes credencial de
elector verdad?, porque ocupo que vayamos a una casa de empeño para que me
ayudes a empeñar unas cosas que tengo porque necesito dinero y no les pedí a
mis papás anoche...”
Dicho esto,
yo me quedé así “¿cómo que?”, total, también me dijo: “no sé por qué te gustan
esas cosas del anime y todo eso, pues son puras tonterías…”. Yo pensé dentro de
mí que esto definitivamente no está bien.
Nuevamente
el tipo me dice: “hey, préstame tus lentes”, a lo que yo le respondí que no porque
andaba toda ojerosa, sin siquiera haber dormido y que además eran mis lentes de
día
Nuevamente
me dice “No anda préstamelos…”, a lo cual le respondí: “mira, yo ya te dije que
no..”. A lo que él me insistió diciendo: “te dije que me los prestes solamente
por 10 minutos, te lo prometo, solo 10 minutos porque los necesito al menos por
10 minutos, entendiste??”
Y yo volví
a sentir miedo, a lo cual yo cedi y se los entregué. porque en ese momento
pensé: “y si se aloca y me tira un golpe por el hecho de no haber querido
prestarle los lentes…”.
Pensé que
eso era lo más seguro, ya que él los quería por si llegáramos a ver un tránsito,
este, no fuera a ver sus ojos bastante rojos o algo así.
Al poco
tiempo llegamos a su casa y me dijo que no me fuera a ir, que no me fuera a
escapar, a lo cual, yo le dije: “¿cómo crees… yo no sé dónde estoy?, aquí yo me
perdería”. El solamente me dice “okay” y se baja del auto para entrar su casa, mientras
que yo me quedo en su coche.
No dejaba
de pensar sobre qué fuera a pasar ahora; qué es lo que me espera. Estuve
mirando todos los alrededores, y efectivamente, estábamos en un lugar una zona
muy exclusiva de gente rica, muy pudientes, tal y como él me lo había dicho,
las casas muy bonitas.
Después de un
rato, llamo a su celular para decirle que me prestara el baño, el simplemente
me dijo “pasa”. Entro a la casa, pero no había nadie, pude apreciar que había
cámaras de seguridad por doquier; el decorado y sus muebles, total, una casa
muy bonita por dentro, tan lujosa.
Así que fui
directo a al baño para hacer mis necesidades. Salgo después hasta el portón
donde él ya me estaba esperando, pero el entra nuevamente la casa y yo me
salgo. Después, una vez que sale y al estar detrás de mí, solo me dijo: “fui
por mis drogas” (en eso me dice el que toma antidepresivos y que estaba loco),
a lo que yo le dije graciosamente: “y hasta ahora me lo dices…?”
Luego el responde
de manera burlona: “¿no te habías dado cuenta?”. Acto seguido nos subimos al
coche, con rumbo hacia la carretera, no sé adónde exactamente íbamos, cuando de
pronto él me dice que me durmiera, qué era tiempo para descansar porque
llegando allá no me iba a dejar dormir en todo el día y en toda la noche, que por
los suyos no me dejaría dormir.
Entonces,
le dije “oye sabes que… mejor regresa porque está muy frío y tú tienes las
ventanas del coche abiertas, ¿podrías cerrarlas por favor?”
“para que
hacerlo”, me respondió, y continuo: “esto lo estoy haciendo para que cuando
estemos acampando ya no sientas el frío…”, y le volví a decir “esto me hace
daño, estos climas tan fríos”, a lo que solamente me dijo “¡no-hombre! No pasa
nada, no te vas a enfermar...”
Al poco
tiempo después paramos en un oxxo y me dice “dame $200 para gasolina y $500
para comprar”, sinceramente yo se los di porque pensé que no vaya a ser que se
ponga demasiado loco y me haga algo aquí en medio de la nada.
Estuvimos
un rato, pero no dejaba de sentirme mal por el frío, ya que llevaba las piernas
descubiertas, prácticamente solo con unas medias de red y un short de mezclilla
corto con mi típica blusa favorita de cuadros blanca con negro. El entró al
Oxxo para comprar cerveza, dos burritos, una botella de agua y un sándwich, al
regresar me mira y me dice “cuida muy bien la comida, porque si no, que vamos a
comer el día de hoy y mañana”
Seguimos
parados en el auto un momento más, yo aún seguía pensando qué es lo que pasará
conmigo ahora, y luego le pedí que cerrará las ventanas del carro porque tenía
mucho frío, a lo que él solamente accedió a cerrar una ventana, la de mi lado, pero
la de su lado la dejo abierta.
Así
arrancamos y cada vez íbamos más y más lejos, le pregunté “¿por dónde estamos?”
Y él me respondió “estamos antes de llegar a Zacatecas, mucho antes…”. Aun así,
me parecía exageradamente lejos y me puse a platicar por WhatsApp a escondidas
con la amiga sissy que estaba con nosotros esa noche anterior, Gina pastor, quien
solo me decía que buscara la forma de escapar. Le comenté a ella: “no puedo,
¿no sé dónde estoy?, pero en un lugar donde vea gente lo haré”
Durante el
trayecto no pude evitar notar que alguien no dejaba de marcarle, pero él nunca
contestaba o colgaba las llamadas, a mí me pareció extraño, más de lo normal ya
manejaba demasiado rápido y muy loco, además, del hecho de que él iba tomado y
drogado.
En varias
ocasiones, él estuvo a punto de chocar, él solo reía como un desquiciado y con
las cervezas que había comprado en el oxxo me dice “hey… tómate una conmigo”, a
lo que yo le conteste que no, ya que no tomo ni me drogo ni nada de eso, “ya te
lo había dicho…” a lo que me respondió “creí que era broma, bueno no me importa
tomate una he dicho” (volviendo a insistir)
Al responder
nuevamente que no, de golpe, el frena el coche y me volvió a repetir: “qué te
tomes una conmigo porque tú vas a tomar conmigo…”,
decidí
tomar un poco, a pesar de saber feo, ya que tenía miedo de que me soltara un golpe,
ya que, si él lo hacía, podría caer desmayada, acabando con toda oportunidad
para escapar. él se rio como loco y dijo: “así es Ruby… así es cómo empieza
todo”
Poco tiempo
después llegamos a un pueblo donde dijo: “vamos a ir a ver primero el cristo
roto a la presa”, entonces le dije “tengo frío “y él me contesto “así estás
bien”, él quería contarme la historia del Cristo roto, según él.
Llegamos
para estacionarnos a la parte de adentro de la presa y una mujer le dijo que
eran 35 pesos por estacionarse, a lo que él le respondió “traigo 20 pesos, como
vez, ¿me los aceptas?”, ella le dijo que no porque el boleto marca 35 pesos “lo
siento, pero no”, él solo la maldijo para darse de reversa para irse contra la
mujer, ella le dijo, “váyase por acá…”. él no hizo caso y siguió maldiciéndola
para seguir y estacionarnos por la parte de afuera.
Caminamos
un poco, pero de pronto, él quiso ir al baño y buscamos uno, luego de unos
minutos de andar preguntando, lo encontramos, así que yo entre al baño de
chicas y él al de chicos.
una vez
adentro, empecé a reflexionar sobre todo lo que estaba pasando, después unos
minutos salí y me acerqué a la chica de los baños para preguntarle: dónde había
una tienda, donde pudiera comprar un par de pantalones, porque tenía frío, a lo
que la chica me dijo de manera muy amable más o menos.
Aunque
también supuse que él podría estar escuchando y así fue porque salió de repente
y me dijo con un tono muy posesivo y algo molesto: “¿de qué hablabas con la
chica?”, a lo cual le dije que dónde podría comprar unos pantalones y salimos
de ahí, el compro una estampa del Cristo roto y comenzó a contarme la historia.
Después de
esto, yo le dije que todavía tenía frío y quería un pantalón, él se apiadó de mí
y nos movimos de ahí, estábamos en la presa; y estaba súper helado, nos movimos
de ahí nuevamente para buscar eso y le dije: “oye, dame mi maleta y mi bolsa de
cosplay para regresarme a Aguascalientes porque no quiero ir contigo a acampar,
tengo frío y este clima me va a hacer daño”, él me dijo: “no me importa, tú
estarás conmigo y está más lejos de ahí y ya sabes que no vas a dormir, sube al
auto…”,
Lo ignoré y
fui hasta una paletería, yo sé que es una locura ir una paletería haciendo
tanto frío, pero bueno lo dejé atrás y pregunté a la mujer de la paletería cómo
salir de ahí para ir a Aguascalientes y me dijo por dónde ir, se me hizo algo
lejos y comenzó a lloviznar, así que regresé con él y le dije: “para allá, a
unas cuantas cuadras está una tienda de ropa dónde venden pantalones”.
Subí al
auto y él tenía hierba en sus manos y nos acercamos un poco a una tienda de
ropa, bajé del auto y volví a preguntar cómo salir de aquí, me dijeron haciendo
cuadros y regreso al auto.
él estaba al
teléfono discutiendo con una mujer, al parecer hablaban de una tal Ingrid y
peleaban por dinero y el carro que tenía en ese momento, él le respondía muy
feo, valiéndole la vida y ella le dijo: “¿por qué no le contestas las llamadas?,
Mamá quiere hablar contigo…”, él le respondía “que no porque no tengo señal.”
esa mujer
le dice “mamá te llamara para que le contestes...”, colgó ella y le llamo su
mamá y muy molesta le pregunto qué dónde estaba y él le dijo que en el cristo
roto y ella le dijo: “¿a dónde vas, con quién estás, con qué malas amistades te
estás juntando? ¿Por qué me hablas así? Tú no eres así.”
él le
respondía que estaba tomando y porque andaba muy ebrio, luego él me dice a mí: “¿qué
pasó con los pantalones?”, Le dije lo que me dijeron de que a dos cuadras más,
y al oírnos, su mamá dijo: “¿de qué hablas con quién estás?”
Él le dijo:
“lo que pasa es que nos fuimos en el carro y la cagamos, y por eso busca pantalones.”,
al oír esto, su mamá se puso muy histérica y dijo: “¿con quién estás con qué
malas amistades estás? ¿Con una prostituta verdad?”
dios mío, pensé:
“ay señora, si supiera como es su hijo en realidad y como me tiene en contra de
mi voluntad y que lo que yo siento ahora es el terror de estar a punto de morir.”
Porque ya
lo veía venir y tenía mucho sueño porque no había dormido, me sentía tan confundida,
y la mama le pregunto otra vez: “¿dónde estás? ¡Ven a la casa!” y él le
respondió: “voy al desierto y todos lo saben…” la mamá le dijo: “quiénes todos”
y él nuevamente dijo: “pues todos” le colgó, luego me ve y me dice vamos por tus
pantalones, se estacionó y yo fui a la tienda, más y pensé “está es mi momento
para escapar”, más me puse a pensar con lo del desierto….
Entre a la
tienda y pregunté nuevamente como podía salir de ahí y me dijeron en la
siguiente cuadra están las combis, salí de la tienda una como tipo los “calitos”
de pueblo, caminé unas calles y le pregunté a los señores de las combis cuánto
cobraban y que, si iban para Aguascalientes, ellos me dijeron que si y que eran
cobraban 29 pesos, pero que saldrían en unos 7 minutos.
Luego me
subí a la combi, hasta mero atrás, en caso de que si el pasara por aquí no me fuera
a ver, tengo que confesar me sentí en una película de chicas secuestradas, fue
terrible, pasaron los minutos como horas, ya que estaba en la combi y miraba
hacia los alrededores para que no viniera y si viniera yo fuera a esconderme.
Al agarrar señal
en mi teléfono, entra una llamada de mi madre, le contesté tratando de parecer
lo más normal, porque pregunto que cómo estaba y le dije que estaba bien,
nuevamente me pregunto si me acaba de levantar.
Le dije que
sí, que me vengo acabando de levantar, que estoy aquí en la puerta del hotel,
cosa que era mentira porque me encontraba escapando de ese hombre, empecé a
platicar con ella para que no notara que estaba triste y cansada, seguía
esperando y no fueron 7 minutos como el chofer dijo, pasaron más de diez, lo
que se esperó la combi para salir
Paso el
tiempo y por fin arrancamos, yo miraba hacia atrás a ver si lo veía, creo que
no alcancé a ver más a ese auto blanco al movernos de ahí, ya iba huyendo en la
combi, me comuniqué con mi amiga sissy a las 11:56 am y le dije que ya había escapado
y le platiqué que había pasado.
Ya ella, más
tranquila, me dijo: “qué bueno que escapaste, me sentí un poco incómoda, por
eso ayer me retiré, no me sentía para nada a gusto.”, después, le empecé a
decir que no dejaba de sentirme como una estúpida, muy avergonzada por no haber
notado esas señales antes de que todo esto sucediera.
Mientras
íbamos avanzando en la combi yo no dejaba de mirar a atrás para ver que no
fuera a seguirnos, ya que pensaba que en cualquier momento él nos iba a
alcanzar y que podía cerrarle el camino a la combi en un instante para tratar
de bajarme.
Me
encontraba tan nerviosa, tanto que debo confesar que nunca me he sentido así en
toda mi vida, Llegamos hasta el final de la ruta de las combis y tan pronto como
pude pedí un Didi que me llevara al centro, eran la 1:12 de la tarde, libre al
fin, cuando estaba de camino en la combi, él me mandaba mensajes y no dejaba de
marcarme, ya no le conteste, por nervios y por tantos comentarios que dijo y me
hicieron pensar mucho y qué ya no quiero volver a recordar jamás.